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Globethics realizó un Taller de buenas prácticas en ciberética y ciberseguridad con formato híbrido en Buenos Aires, Argentina, en el que participaron universidades locales y de Brasil para debatir sobre los nuevos desafíos y dilemas éticos que nos presentan las nuevas tecnologías y los entornos digitales. La actividad se realizó en colaboración con la Universidad Austral y la Pontificia Universidad de Paraná (PUCPR) y se enmarcó en la visita de Altair Santin, profesor de la Maestría en Ciberseguridad de la PUCPR.

Christoph Stückelberger inauguró el evento y resaltó las características específicas del ciberespacio como, por ejemplo, fascinante, virtual, generador de dependencia, generador de ritos y rituales, etc. Hizo hincapié en el miedo que muchas personas sienten a perderse de algo cuando están fuera del ciberespacio y recalcó que estas especificidades son muy parecidas a las de la religión, llegando incluso en algunos casos a sustituir la religión por el ciberespacio. Nuestra labor sería desmitificar el ciberespacio, usarlo como un instrumento de creación humana para el bien, rehusarse a su beatificación y al poder abusivo que muchas veces tiene. Destacó que es muy importante reforzar los valores humanos como sostentabilidad, paz y responsabilidad; y las virtudes como respeto, unidad, y confidencialidad, para hacer uso de ese ciberespacio.

Estos conceptos fueron complementados por las perspectivas de otros expertos que hicieron foco en las nuevas tecnologías y la Inteligencia Artificial (IA), reconociendo que no tienen valores propios, sino que son asignados por los programadores. En ese sentido destacaron la importancia de la alfabetización digital y plantear la pregunta de cuál es la ética que queremos para la IA. A su vez, el intercambio también profundizó sobre la importancia del acompañamiento por parte del estado y la justicia. No todo puede quedar solamente en manos de los valores y virtudes personales, en la autorregulación, debemos construir valores como sociedad.

“No tiene sentido demonizar la ciencia y la técnica, que están al servicio de la humanidad... pero sí es necesaria una reflexión para hacer buen uso de ambas, siempre al servicio de la persona y de las generaciones futuras” – Elena Postigo, miembro de la pontificia academia para la vida 2022.